jueves, 13 de enero de 2011

Efectos del Uso del Bocado

La mayor parte de los caballos del mundo – incluidos los de terapia -  son adiestrados, montados y manejados mediante el uso de la fuerza y el dolor que les inflinge el hierro que llevan en la boca (sea este del tipo que sea) Este artículo muestra las lesiones reales que produce al caballo basándonos en los estudios objetivos realizados por diversos veterinarios, doctores y profesores de prestigio internacional.


  1. Historia
Hace 6000 años el hombre del paleolítico comenzó a capturar al predecesor de nuestro actual caballo como fuente de alimento. Poco a poco está relación evolucionó en una en la que el caballo, además de criarse como ganado, prosperó al lado del ser humano como medio de transporte y para la agricultura.
Las formas de captura y domesticación se basaban en la brutalidad y los modos de doblegar al animal para poder montarlo pasaban por emplear utensilios tales como argollas de hierro que perforaban su nariz o bocados de metal en la Edad del Bronce. Como podemos ver estas formas de dominio pasaban por doblegar la voluntad del animal por medio del dolor. Aunque los métodos de adiestramiento y tenencia de otros animales domésticos se han suavizado y hoy contamos con fórmulas basadas en el refuerzo positivo en lugar del castigo, no ha ocurrido así con el caballo, que se sigue adiestrando y sometiendo con la misma brutalidad que antaño. De hecho aquel rudimentario bocado de metal es el precursor directo de los actuales y diversos modelos de hierros que se emplean en la monta tradicional, aunque se ha mejorado su diseño, su estructura y función son las mismas: causar dolor.


Estatua de un caballo de la antigüedad con bocado.

     2.  Datos del Estudio

El presente documento se basa en estudios realizados por un equipo de veterinarios de reputación internacional compilados por Alexander Nevzorov en Rusia, que tras el análisis, disección y examen postmortem de caballos de deporte y paseo que eran manejados con bocado en comparativa con otros caballos manejados sin él, verifican y certifican los efectos y lesiones que se detallarán a continuación.
Los profesionales que dirigieron las investigaciones son:
R. Cook, profesor de medicina veterinaria y cirujano honorífico de la Facultad Veterinaria de la Universidad de Utah en EE.UU.
Profesor Zelevnevskijv, doctor en medicina veterinaria y director del Departamento de Anatomía Veterinaria de la Academia Nacional de Veterinaria de Rusia.
H. Strasser, doctora en medicina veterinaria y experta en podología equina en Alemania.
S. Skinner, doctor en medicina veterinaria en EE.UU.
E. de Buckeler, doctor en medicina veterinaria en Reino Unido.
I. Colloredo Manfred, doctor en medicina veterinaria en Austria.

    3.  Efectos del Bocado en el Caballo

En la boca del caballo existen infinidad de terminaciones nerviosas, motoras, responsables de inervar los músculos de la boca y sensitivas, responsables de enviar información en cuanto a sabores y también dolor y están conectadas directamente con el cerebro. En la mayor parte de los casos ambos tipos de terminaciones realizan las dos funciones.

Terminaciones Nerviosas de la Boca del Caballo.

El nervio más importante que se ve afectado es el nervio trigémino, es el nervio craneal más importante de la cara y el mayor de todos y se denomina así porque presenta 3 divisiones o gemaciones:

  • El nervio mandibular o V3, que sale por el agujero oval para pasar a la fosa cigomática.Se le considera un nervio mixto somático. Por sus filetes sensitivos tiene bajo su dependencia la sensibilidad de la cara y la mitad anterior de la cabeza. Por sus filetes motores inerva a 8 músculos, incluyendo los músculos masticadores.

Detalle de los Nervios de la Boca del Caballo.

Los bocados son utilizados como forma de control sobre el caballo – este control se ejerce por el dolor que provocan en la boca del animal – y se creen imprescindibles para poder guiarlos, manejarlos y sobre todo detenerlos, mediante la fuerza ejercida por presión o palanca– dependiendo del tipo del que estemos hablando – por lo que algunos caballos – no todos -  aprenden a atenuar este dolor obedeciendo a su jinete.

a.- Para medir este daño se realizó el siguiente experimento:
Mediante una máquina creada al efecto de medir la fuerza del impacto del bocado en la boca del caballo, para lo que se empleó una recreación a escala de la cabeza de un caballo con un medidor de fuerza en la boca. En este experimento participaron 30 personas con amplia experiencia en la monta, de diferentes pesos, tallas, complexiones y edades, desde niños entre 8 y 12 años, mujeres de entre 50 y 60 kilos y hombres de complexión normal de hasta 90 kg de peso.
La fuerza de este impacto en los experimentos realizados en los que los niños eran los jinetes fue de entre 50 y 100 kilogramos.
En el caso de las mujeres fue de entre 120 y 180 kilogramos y en el caso de los hombres de entre 220 y 300 kilogramos, siendo en este caso el promedio de la fuerza ejercida de 270 kilogramos por centímetro cuadrado de superficie de la boca. No participaron jinetes noveles en este experimento.

Además del dolor que este impacto provoca, se observó en los análisis postmortem realizados posteriormente, que la fuerza del mismo provocaba daños graves, irreversibles en algunos casos, no solo en las zonas de contacto directo, como son la lengua, labios, dientes, paladar, así como la totalidad del tejido de la membrana de la cavidad bucal, sino que también afectaban indirectamente, inducidos por la postura defensiva adoptada por el caballo, al cuello, los huesos de soporte de los tejidos blandos y la columna vertebral.

La falsa reunión que se consigue ejerciendo fuerza con el bocado, provoca una postura que lesiona la membrana atlantoccipital y ventral y este daño es visible a los pocos minutos de que esta presión comienza – se han empleado máquinas de termografía para ver el aumento de calor, tensión y presión sanguínea en estas zonas - . También se observó que esta postura provocaba la destrucción de las membranas sobre las uniones del atlas y el axis (ligamento dorsal y ventral) dañando la médula espinal y provocando una sensación de dolor intenso, especialmente en esta zona.


La creencia de que se ejerce algún tipo de  control sobre la mente o la voluntad del caballo a través de su boca,  parece absurda además de ser indemostrable. Lo que es incuestionable es que un impacto de entre 60 y 300 kilogramos por centímetro cuadrado sobre la boca de cualquier ser vivo produce dolor intenso.

Este experimento demuestra también que la creencia de que el bocado solo es fuente de daño en manos inexpertas o bruscas es totalmente falsa.


b.- Para reforzar este hecho se analizaron postmortem 125 mandíbulas de la boca de 66 caballos de entre 6 y 8 años que habían sido manejados por profesionales del mundo del deporte ecuestre y propietarios de caballos que montaban con bocado pertenecientes a diferentes propietarios de diferentes disciplinas, comparándolos con 59 caballos Przewalski de entre 15 y 18 años que nunca lo habían llevado.

Los resultados de este estudio fueron que:

Las 66 mandíbulas de los caballos con bocado (100%) presentaban diversas patologías dentales e interdentales no documentadas en la literatura veterinaria – quizá por ser tan habituales que se consideran normales -, que se observaron al compararlas con las de los caballos mongoles.
78 presentaban periostitis (el 62 %) 69 (el 61%) presentaban erosión del segundo premolar inferior y diversas patologías dentales, como pérdidas de piezas, roturas, desgaste...
Sólo 8 (10 %) de los caballos sin bocado presentaban algún tipo de patología clínica en su boca.

El uso del bocado aún en manos “suaves” y expertas es causante de lesiones y patologías, por todo lo expuesto y debido además al roce y la presión que causan a corto plazo desequilibrios y acumulación de sangre en las zonas de apoyo, entumecimiento de las terminaciones nerviosas y falta de oxígeno. Pasan varias horas desde que se quita el bocado hasta que el equilibrio se restaura en la boca del caballo. Este proceso repetido periódicamente, desencadena
en la pérdida definitiva de la sensibilidad y la función bucal (por lo que se opta por pasar a un hierro más fuerte y se inicia de nuevo el ciclo de desensibilización)



Tras el análisis en autopsia de varios caballos de deporte se observaron además diversas heridas recurrentes, además de necropsia de los tejidos y parálisis parcial en la lengua de lo que sus jinetes no eran conscientes cuando fueron informados.

Otro efecto a largo plazo es que si la lengua pierde su función en la masticación y en el proceso digestivo, el caballo no puede masticar y digerir el alimento de forma adecuada.

Daños en el Diastema.


Diferencia entre una mandibula que ha llevado Bocado y otra que no lo ha llevado.


Estas dos mandíbulas pertenecen a un caballo que nunca llevó bocado (delante) y a otro que si lo llevó (detrás) se observa desgaste y lesión a nivel óseo en el diastema. Estos daños se observaron en la totalidad de los caballos de deporte y en el 90% de los caballos de recreo del experimento.





    4.  Mito sobre el Uso de Embocaduras

1.- El caballo juega con su bocado: La irritación, insensibilidad y molestia que el bocado provoca en la boca del caballo hace que este trate de moverlo con un efecto similar al de masticar. Muchas clases de bocado ocupan el espacio sobre el paladar donde debería ir la lengua por lo que no queda espacio en la cavidad bucal para esta, el caballo además ante la paulatina desensibilización de la boca, mueve la lengua, en este proceso en ocasiones se produce una oclusión en la garganta que impide la correcta respiración. Para reducir la superficie de contacto de los primeros premolares, es posible que el caballo  para corregir la situacion de desequilibrio. Muchos caballos mastican el hierro debido a la ansiedad, nerviosismo o aburrimiento. El caballo puede desplazar el hierro con la lengua y morder la punta con los premolares, tanto con un lateral como con ambos, lo  que produce lesiones, erosión, desgaste e incluso movilidad y pérdida de piezas dentales.
No juegan con el bocado, están incómodos, estresados, molestos o doloridos.

2.- Si saliva en forma de espuma es que el bocado le queda cómodo: Esta misma irritación que se produce al tener un objeto extraño en la cavidad bucal, que causa laceración, ulceración y heridas en la boca, provoca que se segregue una gran cantidad de saliva para proteger las zonas afectadas. Este desequilibrio en la boca produce desequilibrio en el resto del organismo y perjudica el sistema digestivo del caballo.

3.- Los diferentes tipos de filetes no producen ninguna lesión en la boca del caballo: Aunque el filete comúnmente es menos agresivo que el hierro tradicional y en realidad, cuando el jinete avanza con las riendas sueltas el filete no es lesivo, solo incómodo, pero esto cambia radicalmente cuando el jinete toma las riendas y ejerce cualquier tipo de presión De hecho, cuando se les da rienda al caballo, el filete no fija contra el paladar en un mismo lugar, pero la transmisión de la presión de manera uniforme.
Pero sólo cuando se dan riendas. A medida que el jinete toma las riendas, la situación cambia radicalmente entonces causa los mismos problemas y traumas,  y también heridas debido a su menor grosor. No solo tiene la misma influencia sobre los órganos y tejidos en la boca, sino que también afecta el borde ventral de las ramificaciones del nervio de la mandíbula baja, atrapadas con el hierro de la cadenilla. Muchos caballos muestran alguna molestia o sensibilidad en los dientes al poco tiempo de ser montados, debido a la gran cantidad de tejido dental sensible que se ha eliminado.
Las investigaciones postmortem realizadas muestran que la capa de dentina esclerótica se ha eliminado, lo que puede llevar a la pulpitis y produce dolor.

4.- Los deportes ecuestres no existirían sin el uso del bocado: Incluso los grandes de la doma natural, que abogan por el trato no violento y respetuoso con los caballos defienden este extremo.
La realidad es que la Federación Ecuesre Internacional – y con ella todas las federaciones nacionales de todos los países – enseñan a los jinetes niños y adultos, a adiestrar y manejar a los caballos mediante métodos violentos y agresivos, por lo que tanto los jinetes como los caballos se desensibilizan. La mayoría de los profesionales de la doma natural saben que no es necesario bocado para enseñar cualquier tipo de movimiento o ejercicio a un caballo, pero callan y acatan por no ir contra todo un sistema establecido y arraigado.

5.- Amo a mi caballo y mi caballo a mi, aunque use bocado: Cuando una relación se basa en que uno dice y el otro solo obedece, cuando uno causa dolor y el otro lo sufre, cuando uno decide (izquierda, derecha, parada, adelante) y el otro acata y si esto no es así es castigado, cuando solo importa lo que sienta, piense y quiera uno de los dos miembros de una relación, sea esta del tipo que sea, no existe amor, ni amistad, ni armonía. Este tipo de relación se denomina maltrato.

Las diferencias saltan a la vista:

                     CON BOCADO                                                                   SIN BOCADO

 
 

 







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